Los veo y los huelo en la mesa del comedor el día en que llego: Lutxi, que sabe de mis querencias, ha cortado lilas y tulipanes del jardín. Me acerco callada a esos tulipanes, como derramados de vino, y pienso en todos los pétalos esforzados que buscan la belleza para sobrevivir. Sobre esa inteligentísima estrategia Michael Pollan escribió un libro brillante, La botánica del deseo.