Éste ha sido un año que ya no ha vivido uno de mis hermanos. Mi sangre, como la de Christian Bobin, tal vez se haya vuelto de un rojo más negro. Pero soy partidaria de la dicha, voy a cuidar la vida y levantarle una bandera de alegría. Ayer corrí sobre la hierba, henchida de libertad, y al cortar luego un limón noté mi paz. Así brindo, por todo lo bueno.
He recogido con estas fotos algunas de las bellezas que me trajo el 2012. Gracias a todos y perdonad que a veces deje que el teléfono suene. Mis mejores deseos.