Siempre nos preguntamos por la palmera entrevista desde el patio, una washingtonia tambaleante que ha llegado al cielo y baila. Podemos inventarle una historia americana: imaginarla semilla, meterla en un barco y darle un amo. Pero lo mejor es su propio hablar, el modo en que sus ramas secas se levantan al viento para dejar pasar el aire.