Sólo espero el amor para renunciar a mí mismo entre sus manos. Por ello es tan tarde, por ello soy culpable de tantas omisiones.
Todos comparecen con sus leyes y sus códigos para atarme, pero yo escapo siempre, pues sólo espero el amor para renunciar a mí mismo entre sus manos.
Los demás me condenan y me acusan de negligencia, y no dudo de que sus recriminaciones están llenas de razón.
Ha terminado el día de mercado y los negocios han dado fin. Los que inútilmente me reclamaban se han marchado encolerizados. Sólo espero el amor para renunciar a mí mismo entre sus manos.