Oigo su risa arrugada, que da ganas de vivir. Ríe así, a veces, y el mundo se afloja. Podría ser aviador y es navegante. Pregunta mucho, mira mucho, juzga poco. Aún no ha desayunado y pide un mapamundi para un río que sea un viaje.
Escritos y fotografías de Yvette Moya-Angeler