Nos cuenta la historia de Wang Xizhi en un restaurante italiano. Titubea al principio, es algo íntimo para explicar de cualquier modo, tarde en la noche y sobre música cubana. Finalmente da comienzo a su relato. Habla de orquídeas blancas y de calígrafos, de citas en marzo bajo la luna, desde hace muchos siglos. Pero quizá lo de la luna lo haya imaginado yo y sólo bebieran vino. Tratamos de seguir el pincel de sus palabras, de escuchar en los vacíos. Es difícil, nos dice, explicar lo que para ella significan esos pétalos. De algún modo, ahí está su hijo.