La miel caliente del sol

prado

Llegamos a un claro en el bosque que sirve de aparcamiento poco antes de alcanzar la ermita. Lo que hace un año se dejó desbrozado se propaga ahora con constelaciones de flores y una mancha de espigas ondulantes. Todo está derrochado por una naturaleza que insiste en la vida, que la intenta sin desmayo. Y las mariposas lo saben, mariposas amarillas, pardas y una que al abrirse es roja.

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