Llegamos a un claro en el bosque que sirve de aparcamiento poco antes de alcanzar la ermita. Lo que hace un año se dejó desbrozado se propaga ahora con constelaciones de flores y una mancha de espigas ondulantes. Todo está derrochado por una naturaleza que insiste en la vida, que la intenta sin desmayo. Y las mariposas lo saben, mariposas amarillas, pardas y una que al abrirse es roja.
I love the simplicity and beauty in this image, Yvette — how the grasses are blowing and moving!
Thank you, Neely! It was really beautiful to see them move so softly.