Amonestación de la verdad

El Figaró, camí cap a La Garriga vora el Congost.

El aire ya es otro, se nota su firmeza creciente al anochecer. Todo son avisos frente a la montaña: han vuelto las mañanas a enseñorearse, a levantarse poco a poco con sábanas de humo, y en la luz se distingue una reserva. No temo. Espero la belleza de lo oscuro, el retroceso del día y de la tierra en mi luto feroz de los octubres. También lo triste, por verdadero, alzará su grito al cielo de lo hueco.

4 Comments

  1. Precioso texto, como siempre. Es un regalo abrir el correo y encontrar un pedacito de un nuevo post aguardando ser leído. Y me gusta saborearlo despacito, y que me hagas bailar las entrañas. Un abrazo de luz, amiga, que te acompañe aunque sea un poquitito en la tristeza.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s