En La historia de un arroyo, Élisée Reclus escribió que todo curso de agua repite la historia del universo: nace de una gota, recibe la luz del sol y de la luna, trabajan en él todas las fuerzas cósmicas para que sea lo que es. Evoluciona sin reposo.
Todo puede compararse con el agua que corre. «De año en año las generaciones se suceden modificándose», prosigue Reclus, y los arroyos se mezclan con otros arroyos y los ríos con los ríos. Todas las aguas de la cuenca forman el mismo camino hacia el mar. Se reúnen y se renuevan.
Feliz Navidad.
Que lujo poder ahora contemplar la sensibilidad de tus fotos.
Hasta muy pronto!
Dimitri, el lujo es tenerte por aquí. ¡Besos!