Mientras barro a golpe de Abba el apartamento que dejo en Ménerbes, me entra un acceso de felicidad. Estos días me han puesto de un humor excelente. Me llevo risas y lágrimas, soledades y encuentros, todo fértil. Gracias a los que habéis estado conmigo, leyéndome, escribiéndome, apoyándome. Y, especialmente, gracias a mi amiga y patrocinadora Mireia Rigol, que me dejó un netbook para que escribiera, como en tantos diecinueve de eneros me ha regalado libretas.
PD: Las fotos son de Mabel y Álex, que hicieron muchos kilómetros yendóme a buscar y devolviéndome, se empeñaron en que me bañara en la piscina de su chambre d’hôtes aun a riesgo de sufrir la mirada fulminante de su carcelero y tuvieron que parar el coche para que hiciera fotos al campo de calabazas mientras cantaba «Una notte a Napoli». Gracias también a ellos por la alegría que me insuflaron y las confidencias con el agua al cuello.
La tercera foto es digna de paparazzi! jaja
Me alegro de que lo pasaras bien en La Provenza, ese lugar tiene algo que lo hace especial.
Las fotos son super bonitas !
Gracias, Antonia. También por tu amabilidad en Ménerbes… ¡y esa casa magnífica que recomiendo a todo el mundo!
http://www.flor-esser.com/menerbes/vacaciones_aromaticas.htm