Sigo alimentada por la belleza. Aquí la vista se ejercita todos los días con noticias de sombras y de colores. Lo natural se prodiga en matices y yo decido muchas veces mirar, dejarme traspasar por la abundancia de la vida, sentir un por debajo de las cosas y de nosotros. Aquí veo cómo, bajo un árbol amarillo, las hojas caen libres y aéreas en medio del silencio.