La historia, de tanto contarla, tiene ya algo de leyenda: éramos dos niñas de seis años en un colegio de Barcelona, tan amigas que, aunque al final de aquel curso ella tuviera que irse a Madrid, nos prometimos cartas. Dijimos: “Te escribiré”, y lo hicimos durante más de treinta años. Fue una correspondencia profusa, en la que quedó transcrita nuestra infancia y, más tarde, una larga y rebosante juventud. Las palabras nos han sido siempre colaboradoras. Las amamos como mejor instrumento posible.
Ahora Katixa abre su librería en Pamplona. Y lo hace igual que entonces dijo que escribiría, sabiendo que eso es exactamente lo que quiere. Se atreve a un sueño con el miedo justo, sin grandes planes de marketing pero con algo de experiencia y toda la vocación. El mejor de los augurios para ella y para una librería que nace con la máxima coherencia.
PD: Las dos primeras fotos son de Katixa. El resto las hice, en parte, en junio, cuando la acompañé a visitar una docena de pequeñas librerías de Barcelona, y, en parte, en noviembre, cuando ella me enseñó las de Pamplona.
Una librería preciosa, al igual que vuestra amistad, si voy a Pamplona no dejaré de visitarla. Felicidades y muchos libros!
Gràcies, Lita. T’agradaria molt la llibreria!
inspirador!
¡Del todo!